El
amor de tu hombre es el resultado del amor de cada mujer en él. Honrale, honra todo el amor que ha pasado por él. Cada una de las
mujeres en él.
Ellas le amaron desde lo mejor de su entendimiento y
de sus corazones.
Ellas le dieron lo mejor que podían darle. Todas
ellas esperaron poder cumplir con su anhelo a través de él.
El dolor
de tu hombre es el resultado de la herida de cada mujer que le ha
tocado, que le ha abrazado. Limpia y cura cada herida y hónrala. Besa y suaviza cada borde, cada aspereza en él, hasta que se sienta
completo otra vez. Porque ha tenido el corage de volver a ti, de
seguir con su búsqueda a pesar del largo viaje y de las heridas.
Entrégale tu confianza pues se la merece, pues no se ha rendido y
te trae el trofeo del valiente en el que se ha convertido, de lo que
él es...
Estáte preparada para él pues él sólo puede estar tan
preparado como tú lo estás, para seguir con este encuentro permanente y
este compartir de quienes sois, del verdadero amor. De en
quiénes os convertís juntos.
Él lleva y encarna la antorcha.
Tú, mi amada mujer abrazas y encarnas la vasija que la contiene...
Que vuestros anhelos finalmente se encuentren y cumplan.
Que vuestros anhelos finalmente se encuentren y cumplan.
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